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El arado es una parte fundamental de la jardinería para que las plantas y hortalizas crezcan en las mejores condiciones. Permite preparar el suelo, airear el terreno y favorece el desarrollo de los diversos cultivos posteriores. El agua penetrará más fácilmente en la tierra aireada y la tierra suelta permitirá que las raíces florezcan en profundidad.

¿Qué es arar?

El arado consiste en arar para que quede más suelto y preparar el suelo para la siembra. Una vez aireada, la tierra tiene más vitalidad y se estimula el desarrollo de los microorganismos que viven en el suelo, lo que ayudará al crecimiento de las plantas. Esta acción también es una oportunidad para eliminar cultivos anteriores y malas hierbas. Es importante labrar la tierra. una vez al año, como mínimo, preferentemente entre finales de otoño y principios de invierno. Hay que evita hacerlo cuando el suelo se moja demasiado.

¿Cómo arar correctamente tu jardín?

Antes de la realización del arado o picado, la tierra debe ser desherbada,  y también es necesario retirar los restos de plantas así como raíces o troncos . Hay que intentar dejar la zona lo más limpia posible de restos anteriores. Luego, es necesario esparcir abono, preferiblemente natural como estiércol, turba o estiércol de ortiga, así como compost si el suelo lo necesita.

Entonces puede comenzar el picado/arado. Es importante que este no supere una profundidad de 30 centímetros. Se pueden utilizar diferentes instrumentos: una pala, un tenedor o un tenedor de pala. Para preservar su espalda, es preferible utilizar una herramienta estrecha, de hierro ligero, con mango largo, adaptada a su morfología; tienes que ser capaz de manejarlo manteniendo la espalda recta, sin tener que agacharte. Y otra buena opción es utilizar algún cinto o faja para trabajo.

El cabezal de la herramienta debe clavarse en el suelo, sin profundizar demasiado, presionando un pie sobre la base con todo el peso del cuerpo, luego levantado una vez lleno antes de devolver la tierra así removida a la superficie, dispersándola. Es fundamental proceder hilera a hilera, de forma metódica, para arar todo el jardín sin olvidar ninguna parte y sin dejar nada al azar.

Una vez realizada esta primera operación, los terrones de tierra deben romperse con otra herramienta, como una garra o un rastrillo. Es importante proceder con cuidado para no atacar el suelo. También es una oportunidad para eliminar las piedras problemáticas y otros desechos que abarrotan el suelo y lo agobian.

Arar es una actividad muy física, que debe requerir mucho trabajo. Para superficies grandes, superiores a 200 m2, se recomienda el uso de herramientas mecánicas, como una motoazada.